viernes, 14 de marzo de 2008

Obertura

Excitaciones, incitaciones, invitaciones, imitaciones, mutaciones.

La vida es una enorme incompletud, un tránsito en la búsqueda de algo jamás perdido que nunca encontraremos.

A lo largo de mi vida he tenido el placer de zambullirme en pasiones abrazadoras que me permitieron transitar momentos siniestros, oscuros, de eterna inquietud.

Después de un largo recorrido, después de muchas oscuridades, mi alma, afortunadamente, alcanzó el suelo. Ni el cielo ni el infierno. La tierra, ese lugar donde todo florece y todo se entierra.

Desde ese lugar, latiendo de pies a cabeza, emprendí un camino que hoy me encuentra feliz, tranquilo, afortunadamente incompleto.

Hace poco abrí una ventana, tendí mi mano hacia el amigo y hacia el forastero, aquellos que interrumpen por un momento su propio tránsito para embriagarse con mis locuras. En esa ventana, mi otro blog, mi otro yo, elegí hablar de lo cotidiano, de aquello que me involucra con el prój(/x)imo, con gente que anda caminos tan similares como diversos.

En esa ventana quise mostrar al (pequeño) mundo aquello que manifiestamente muchos tenemos en común.

En esta oportunidad, y como para encontrar la calma tuve que pasar por el tormento, he decidido abrir la ventana de atrás, la puerta del sótano, la escotilla hacia el ático, el paso hacia un lugar menos manifiesto en la palabra pero no por eso menos común a los demás. Porque lo que nos hace semejantes no es solamente lo que manifestamos al universo, sino también aquello que transcurre dentro, en cada latido, en cada pensamiento, en cada estertor de nuestra humanidad.

A pesar de tener recuerdo de todos los momentos que hoy comienzo a retratar en este espacio, tengo, de muchos de ellos, apenas un mínimo registro. Y esta confesión es, por lo menos, esperanzadora, ya que las huellas que el pasado ha dejado en mi carne se han convertido en el sendero de los pasos que sin tortura y con felicidad hoy puedo dar.

Bienvenidos, entonces, a este espacio gloriosamente maldito. Bienvenidos a la sombra que tras mis alegres y firmes pasos del hoy he dejado como inevitable compañía.

No somos lo que hicimos. No somos lo que nos pasó. Somos lo que hacemos con lo que nos pasó.

Adelante...

1 comentario:

Pao dijo...

Sí, me siento bienvenida a tu espacio interior...y agrego: somos lo que podemos con lo que cargamos de historia.
Como curiosa lectora, no dejo de disfrutarte.
Te quiero y adelante con tus blogs.

Pao