viernes, 14 de marzo de 2008

Cronología I - Retazos de mi ser

4 de agosto de 1977

Un padre. Tres hermanos. Una madre portando el resultado del último de sus accidentes amorosos. Un retrato. Una familia. Una porción de la sociedad esperando ansiosos algo que sorprendente y arrebatadoramente ocurriría fuera de tiempo y de lugar.
Mi vida ha sido un desfile de sorpresas. Ella misma me descubrió un mes antes de lo previsto, cuando un médico decidió que mi salud y la de mi madre requerían una cesárea.
Pero no sólo la sorpresa ha signado mi tránsito. La pasión y la ansiedad me han mantenido en pie desde el primer día, desde el primer respiro. La pasión del fuego que marcó mi signo. La ansiedad del leonino que nació de noche y esperaba el sol.
Mi infancia, como la de muchos, ha sido marcada por decisiones ajenas. Primero, la de aquél médico que se calzó los guantes el 4 de agosto de 1977 y no el mismo día del mes siguiente. En segundo lugar, la del hombre que tres años más tarde quiso que mi cuerpo conociera el sexo de forma prematura. En tercer lugar, la del afortunadamente muerto Galtieri, que a mis cuatro años me introdujo en la angustia de no saber si mi hermano mayor volvería a abrazarme. Y el listado continúa.

El después

Con la marca en el orillo, ese espíritu ensombrecido por la mano del otro señalando el camino, me aventuré a descubrir mundos subterráneos, donde MI decisión fuera la que llevara la voz cantante.
El llanto que nunca me había sido permitido se convirtió en un orgasmo latiente que cada tanto sacudía mi cuerpo en tumultuosas realidades.
Tardes de casas abandonadas. Noches de almas abandonadas. De sótanos y anonimatos. De sudores tóxicamente embriagadores. De manos ajenas que yo mismo tenía el mórbido placer de acoger sobre mi cuerpo. Como si con ellas pudiera borrar el surco que en mi interior habían dejado otros más dañinos pero menos ilegales.
Sonrisas complacientes, silenciosas. Días de libros y logros académicos coleccionados uno tras otro en una existencia que de vida tenía tan poco como las hojas yertas con que esas piezas de literatura estaban hechas.
Años de mansedumbre, de corrección, de impecable armonía con el entorno.
La verdadera corrupción de mi alma no era producto de mis insolentes clandestinidades, sino de mis políticamente correctas realidades.
Así es. Cuanto más me acercaba al modelo impuesto, más me corrompía. La hermosa atrocidad de mi "ser" sepultada por el nefasto deber del "parecer".
El monstruo no era el que se escondía. Dr. Jeckyll y Mr. Hide estaban invertidos.

Verdad-Consecuencia

Como en una novela de ciencia ficción, desgarro mi piel para deshacer el hechizo. Otros desgarran sus vestiduras.
Nazco, por fin, a término. En el momento en que YO lo deseo.
Pesados ropajes cargados de deseos que no son míos caen al suelo estruendosamente.
Jamás volvería a ser el mismo. Como el puerco que se ha embarrado para sacudir luego las suciedades que no le son propias. Como el gusano que sale de la manzana para amenazar al pecador.
Con esa fuerza incontenible me avalanzo al mundo. Y mis primeros pasos son, por lo menos, torpes. Pero eso es otra parte de la historia.

Continuará...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Anda!!!! Largo camino!!!!

Pao dijo...

Si bien conozco parte de la historia, aún no deja de sorprenderme que el ser maravilloso que conozco haya sido fruto de tantos avatares.
Te quiero y no dejes de escribir.

Pao

Dani Munitz dijo...

anónimo:

Gracias por la visita y por el comentario.

Bienvenid@ cuando quieras, porque aún lo que no tiene nombre ES.

Saludos,
Dani

Dani Munitz dijo...

Pao!

Bienvenida a mi backyard. A mí también me sorprende, por eso elijo contarlo.

Te quiero
Dani

Anónimo dijo...

no se si servira de algo.. sexualizarte.com.ar se escuchan sugerencias